martes, 12 de marzo de 2013

EL ORDEN NEOCOLONIAL

“En 1880 –años más, años menos- el avance en casi toda Hispanoamérica de una economía primaria y exportadora significa la sustitución finalmente consumada del pacto colonial impuesto por las metrópolis ibéricas por uno nuevo.” Así comienza el historiador argentino Tulio Halperín Donghi el capítulo cinco de su “Historia Contemporánea de América Latina”. Se refiere así al nuevo “pacto” económico que los países latinoamericanos van a llevar adelante con las potencias mundiales. En un primer momento, a partir del siglo XVI, las metrópolis ibéricas (España y Portugal) nos imponen un Pacto colonial en el que se destaca la extracción de metales preciosos y la imposición de un régimen monopólico (sólo podíamos comprarle y venderle a ellos). En esta etapa, los países impusieron su cultura, su religión e implementaron diferentes tipos de trabajos forzados. De estas colonias se extraían diferentes productos (oro, plata, azúcar, café, tabaco, etc.) que tenían como destino las metrópolis europeas. A esta etapa de explotación le siguió el período de independencias latinoamericanas, en la primera mitad del siglo XIX (entre 1810 y 1825). Ya hemos visto que en estas primeras décadas de emancipación las economías locales conservaban prácticamente los mismos rasgos heredados de la dominación española y portuguesa, e incluso había sufrido cierto retroceso debido a las guerras de independencia.
La segunda etapa colonialista se manifiesta a mediados del XIX, cuando Europa estaba en pleno proceso de Revolución Industrial. Se genera así un “nuevo Pacto colonial” o “Pacto Neocolonial”, en el que las potencias no sólo compran las materias primas latinoamericanas, sino que vuelcan aquí sus numerosos productos (manufacturas de origen industrial). Latinoamérica ingresa así al nuevo mercado mundial, en el marco de la 2da Fase de la Revolución Industrial, formando parte del proceso denominado “División Internacional del Trabajo”.
Pero para que se establezca esta relación –claramente desigual- se hace necesario crear intereses locales en los países dominados, con el objetivo de constituir elites dirigentes que se vean favorecidos por el nuevo intercambio. La asociación de intereses entre los gobiernos de las potencias centrales y algunos sectores residentes en América es lo que se denomina Pacto colonial. Así como en el primer pacto, existieron sectores que se vieron favorecidos por el monopolio comercial español y se enriquecieron y fueron partícipes del sistema; en el nuevo pacto colonial (neocolonial) también existieron elites dirigentes relacionadas con el mercado externo que favorecieron su instalación.
En este nuevo sistema implantado, podemos encontrar diferentes elementos constitutivos:
a)      Instalación del modelo agroexportador.
b)      La propiedad y el uso de la tierra.
c)      La mano de obra.
d)      Capitales, inversiones e infraestructura.
e)      Producción.
 Analizaremos aquí el primero de los elementos, para luego, en próximas entregas, poder desarrollar al resto….

 La consolidación del modelo agro-minero exportador

El panorama que se acaba de describir se vio vertiginosa y profundamente transformado durante la segunda mitad del siglo XIX. Tal es así que luego de esta “gran transformación”, hacia 1900, prácticamente no quedaba rincón alguno de América Latina que no estuviera directa o indirectamente involucrado en una economía capitalista, donde la apropiación privada de los recursos naturales, la inversión y la obtención de ganancias, y el trabajo dependiente asalariado, se habían convertido en la regla. Dentro de este panorama, la producción de materias primas y alimentos para la exportación se había expandido notablemente convirtiéndose en el motor dinámico del crecimiento económico en una magnitud muy superior a la que caracterizaba a aquellos núcleos exportadores heredados de la época colonial.
Esta orientación de las economías latinoamericanas se explica en el marco de una economía mundial integrada –una primera versión de lo que hoy se denomina “globalización”- basada en lo que los analistas definirían como una “división internacional del trabajo”; en ella los países centrales o desarrollados lograrían posicionarse como productores de productos industriales que en parte exportarían a los países periféricos mientras que estos últimos se especializaban en la producción y exportación de materias primas y alimentos. En América Latina esta integración económica más plena se dio sobre la base de la existencia de los vínculos previos establecidos desde los tiempos del orden colonial español y portugués. Roto el lazo colonial, la vinculación económica se dará entre estados formalmente autónomos, sin recurrir a nuevas formas de ocupación como las que al mismo tiempo se daban en Asia y África, si bien habrá en más de una oportunidad intervenciones políticas y hasta militares.
En esta nueva etapa, América latina pasará a convertirse cada vez más decididamente en zona reservada a la influencia británica, y a constituirse en escenario de la lucha entre influencias viejas y nuevas. Esta lucha se dará en un continente que no sólo es dependiente de los productos manufacturados extranjeros, sino también cada vez más dependiente financieramente de los capitales y las inversiones extranjeras.
“Durante este período. (1880-1930) se da, en general, el debilitamiento de las clases altas terratenientes frente a los emisarios de las economías metropolitanas. Esto va acompañado del surgimiento de clases medias urbanas, cada vez más exigentes, y un incipiente proletariado surgidos de una economía más moderna. Las consecuencias de estas presiones es un proceso de democratización; este se da mediante el sufragio universal en Argentina, Uruguay y Chile, o revolucionariamente como en México. Esta democratización no choca con el orden neocolonial, se da dentro de él y es por eso que la crisis de 1930 afecta a todos: democráticos y autoritarios.” (Halperín Donghi).


BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA:

- Carpetas docentes de Historia. FaHCE-UNLP
- HALPERIN DONGHI, Tulio; Historia contemporánea de América Latina.
- Historia Latinoamericana 1700/2005, Maipue, Bs. As., 2007.
   GALLEGO, EGGERS-BRASS, GIL LOZANO

MADUREZ DEL ORDEN NEOCOLONIAL

Hacia la segunda mitad del siglo XIX, en el marco de la 2ª fase de la Revolución Industrial, los Estados latinoamericanos se insertaron en el mercado mundial como proveedores de materias primas y compradores de productos industriales. Esta relación desigual establecía un vínculo de dependencia económica respecto de los grandes centros industriales, llamado pacto neocolonial (Nuevo pacto colonial con referencia al colonialismo del siglo XVI). A continuación, una síntesis de un texto del historiador argentino Tulio Halperín Donghi.
En 1880, el avance en casi toda Hispanoamérica de una economía primaria y exportadora significa la sustitución finalmente consumada del pacto colonial impuesto por las metrópolis ibéricas por uno nuevo… el crecimiento será aún más rápido que antes, pero estará acompañado de crisis de identidad creciente… el orden neocolonial… nace por lo menos con los signos ya visibles de un agotamiento que llegará muy pronto.
Al mismo tiempo que se afirma, el nuevo pacto colonial comienza a modificarse a favor de las metrópolis. La distribución de tareas entre ellas y las clases altas locales (que había comenzado por asignar a esas últimas en casi todos los casos la producción primaria y a las primeras la comercialización) aún allí donde se mantiene adquiere un sentido nuevo, gracias a la organización cada vez menos libre de los mercados, facilitada por las transformaciones técnicas pero vinculada sobre todo con la de las estructuras financieras. Pero esa misma distribución de tareas no siempre se mantiene… no sólo los ferrocarriles, también frigoríficos, silos de cereales e ingenios de azúcar pasan a ser, en medida variable según las regiones, enclaves de la economía metropolitana en tierras marginales.
En ciertas áreas, ya hacia 1910, la alianza entre los intereses metropolitanos y las clases altas locales ha sido reemplazada por una hegemonía no compartida de los primeros.
Se revela una tendencia más general: el debilitamiento de las clases altas terratenientes… frente a los emisarios de las economías metropolitanas, este debilitamiento va acompañado de otro proceso, por el cual las clases altas ven surgir a  su lado clases medias –predominantemente urbanas… y en algunas zonas más limitadas deben enfrentar también las exigencias de sectores de trabajadores incorporados a formas de actividad económica modernizadas. Este último proceso –que se da sobre todo allí donde la economía local es más vigorosa y, por tanto, las clases altas se defienden mejor contra las presiones metropolitanas- tiene su correlato político en un comienzo de democratización: mientras en México se da revolucionariamente, en Argentina, Uruguay y Chile se manifiesta a través del acceso al poder de nuevos sectores mediante el sufragio universal.
América Latina pasa cada vez más decididamente, de ser zona reservada a la influencia británica, a constituirse en teatro de la lucha entre influencias viejas y nuevas… esa lucha se da sobre una Latinoamérica que ha agregado a su dependencia mercantil una cada vez más estricta dependencia financiera.  El tránsito del intervencionismo europeo a la tutela norteamericana se consuma en el conflicto venezolano… a principios del S. XX, el Estado y los particulares venezolanos son deudores insolventes de acreedores alemanes e ingleses… y una fuerza naval tripartita (Italia se suma a la alianza) bloquea en 1902 los puertos venezolanos.
Como reacción surgen: la doctrina Drago, en la que el canciller argentino proclamaba que el uso de la fuerza militar era inaplicable a las relaciones entre deudores y acreedores, y el llamado corolario Roosevelt a la doctrina Monroe, a través del cual EE-UU sostenía que en caso de que la escasa voluntad de ordenar sus finanzas hiciese a un estado latinoamericano deudor crónico, correspondía a EE-UU, y sólo a ellos, persuadirlo mediante el uso de la fuerza a adoptar las reformas necesarias. Los latinoamericanos demostraban entender muy mal las tendencias dominantes en la nueva potencia hegemónica.
La institucionalización de sus relaciones con Latinoamérica, culminaría sólo en la 2da postguerra en la formación de la O. E. A., con carácter de pacto regional en el marco de las Naciones Unidas… un sistema internacional que desfiguraba meticulosamente las relaciones efectivas de poder: suponía, en efecto, la igualdad de todos los estados que lo integraban y, por añadidura, la indefectible coincidencia de sus intereses.
El movimiento panamericano… se desarrolla bajo la doble inspiración de las necesidades estratégicas y del acrecido potencial económico estadounidense. El movimiento, difundido en EE-UU en pleno triunfo de la política proteccionista con que se identifica el partido republicano, tiene por primer inspirador a Blaine: en ese fin de siglo el proyecto de unificación aduanera de  las Américas y el de ferrocarril panamericano tenían un decidido aire de época; eran la réplica, en el clima de afirmación de los imperialismos… se revelaba menos capaz que esos modelos de arraigar en la realidad: el ascendiente de la economía norteamericana se daba sólo en zonas restringidas de Latinoamérica; en estás el influjo de las nuevas y viejas metrópolis económicas europeas era demasiado grande para que fuese fácil barrerlo en beneficio de un indisputado predominio  estadounidense.
El proyecto panamericano iba a encontrar, por otra parte, una resistencia abierta y eficaz capitaneada por Argentina (ligada comercial y financieramente a G. B.). De todos modos, aún Argentina iba a participar en la creación de la Oficina Internacional de las Repúblicas Americanas… en 1910, en Bs. As, esa oficina se transformó en Unión Panamericana. Sin embargo, las tendencias a crear un ordenamiento regional se debilitaron… se orientaban hacia los organismos mundiales en embrión, en especial el tribunal internacional de La Haya… La disgregación europea (1914) tendió a debilitar esta orientación, redescubriéndose ahora la importancia de tender una barrera entre Latinoamérica y los conflictos europeos.
En la reunión de Santiago de Chile (1923), Uruguay (posición filo estadounidense) propició lo que llamaba la internacionalización de la doctrina Monroe; EE-UU, vuelto al aislacionismo, se rehuyó a apoyar la propuesta garantía multilateral de la independencia e integridad de todos los Estados americanos, dirigida en el proyecto no sólo contra amenazas extra continentales.
Esa tendencia sólo iba a invertirse más adelante, cuando a las consecuencias de las olas de inversiones norteamericanas de la década del 20 se sumaran las de las crisis mundial de la década siguiente para dejar en pie sólo ruinas aisladas del anterior orden económico centrado en Europa y aumentar la dependencia latinoamericana.
Ese sistema volvería a ser, como cuando Blaine lo proyectó, un instrumento esencial de la política latinoamericana de EE-UU, cuando éste –en medio de tensiones que llevarían a la 2º guerra mundial- creyese oportuno agregar a su propia gravitación internacional la del sistema latinoamericano… la expansión política tuvo su comienzo en la guerra hispanoamericana en que desembocó en 1898 la 2º guerra de independencia de Cuba… El Tratado de París dejó a EE-UU dueño de Puerto Rico y dominante en la nueva Cuba independiente… El paso siguiente –la creación de Panamá sobre el territorio ístmico perteneciente a Colombia- causó más inmediata alarma.
Los intereses norteamericanos, militarmente tenían su núcleo en el Caribe y Centroamérica… Roosevelt justificaba esa concentración al decir que sólo en el Caribe y en Centroamérica el desarrollo real de las naciones latinoamericanas era tan lento que éstas seguían necesitando tutela. Los grandes países del sur –Brasil, Argentina, Chile- estaban, en cambio, en condiciones de ejercer en los hechos su soberanía, y nada tenían que temer de los avances norteamericanos.
Estos países… desde comienzos del siglo XX, produjeron un acercamiento que iba a llevar a la formación de una suerte de alianza informal (ABC).
La 1º guerra mundial, sin embargo, al poner en crisis la totalidad del orden internacional en el que el ABC quería integrarse, puso fin a la tentativa… El fin de la era del ferrocarril, significaba la pérdida para Inglaterra de un instrumento de dominación mercantil y financiera muy valioso. EE-UU se beneficiaba ahora con los triunfos del transporte automotor, que sin necesidad de inversiones de capital comparables a las que habían marcado el comienzo de la red ferroviaria, le aseguraba nuevos mercados.
Las inversiones norteamericanas… iban a dirigirse no sólo hacia las industrias extractivas o de mínima elaboración orientadas hacia el mercado metropolitano, sino también hacia otras dirigidas al mercado local o, en todo caso, no al estadounidense.
La expansión norteamericana… tendía a avanzar sobre sectores de actividad económica que en la etapa anterior habían permanecido reservados a los sectores dominantes locales… Frente a EE-UU las viejas naciones hegemónicas emprenden una cautelosa retirada. .. Otras son las influencias externas evocadas contra el avance norteamericano. Frente a él, la conciencia de la originalidad hispánica y católica de Latinoamérica se hace más viva… al avance cultural norteamericano se opondrá no sólo una resistencia revolucionaria, sino también una conservadora… sólo las brutales opciones que la guerra fría impone luego de la 2º guerra mundial transformarán esta oposición conservadora en apoyo fervoroso.
De la última década del siglo XIX es la aparición de un movimiento obrero urbano en México, Buenos Aires, Santiago; de esa misma década la formación de los primeros movimientos políticos que recusan la dirección de la elite tradicional; es el caso del radicalismo argentino y el partido demócrata peruano; y también la mutación profunda que José Batle y Ordoñez introduce en el partido colorado de Uruguay.
Durante esta etapa la movilización política de sectores populares sólo se dará de modo masivo en México durante ciertas etapas de la revolución comenzada en 1910. En otras partes queda reducida a sectores predominantemente urbanos de economía modernizada; la consecuencia es que los movimientos políticos que quieren ser expresión de sectores populares cuentan a menudo con una base numéricamente más reducida que los de clase media.
Unos y otros se oponen, antes que al lazo colonial de nuevo estilo que está en la base del orden latinoamericano, a la situación privilegiada que dentro de ese orden se ha reservado lo que se llama oligarquía. La lucha contra esa oligarquía… va desde el tradicionalismo católico hasta posiciones revolucionarias de inspiración socialista… su acción es más coherente que su ideología.
El eclectismo ideológico y la ambigüedad política del movimiento de reforma universitaria (doble inspiración de la revolución rusa y la mexicana)  reflejan muy bien el clima –esperanzado y desorientado a la vez- de la década que se extiende del fin de la primera guerra mundial. Ese clima responde a cambios en el orden mundial derivados sobre todo de la crisis de Europa como centro de poder y modelo de civilización, que en el primer aspecto se refleja en la afirmación de la hegemonía económica y financiera de los EE-UU sobre A. Latina (no sólo sobre Centroamérica) y en el segundo consagra el fin del monopolio de legitimidad ideológica de que había gozado desde la independencia el constitucionalismo liberal; primero el comunismo y bien pronto el fascismo son propuestos como alternativas para esa solución liberal-constitucional que tan mal se había aclimatado en A. Latina.
En A. Latina el derrumbe del orden de preguerra se refleja no tanto a través de la afirmación de fuerzas nuevas como del agotamiento cada vez más evidente de las soluciones que han dominado hasta la víspera. Los éxitos y los fracasos de la economía exportadora se suman para plasmar realidades sociales demasiado complejas para que sea fácil contenerlas en el marco político heredado de la preguerra.
La ampliación de las bases sociales del estado aparece como una necesidad urgente; mientras la democratización, que promete satisfacerla en el marco liberal-constitucional avanza en Uruguay y Argentina, en Perú y Chile esa misma ampliación es intentada en un marco autoritario y en México en uno revolucionario. Pero esas nuevas formas políticas no adquirirán el mismo vigor que en el pasado ostentaron el liberalismo constitucional o el progresismo autoritario; no sólo están marcadas por la desorientación… sufren todavía las consecuencias de la menor seguridad en el rumbo de avance económico-social que caracteriza también a Latinoamérica durante esos años.
La crisis de 1930 impondrá un brusco anticlímax a medio siglo de expansión; pero éste ha estado hecho de ciclos locales, simultáneos o sucesivos, que en más de un caso se habían clausurado ya antes de finalizar la etapa.
Entre los ciclos agrícolas, el del café transforma, a partir del último tercio del siglo XIX, las zonas intertropicales de mediana altura, desde San Pablo hasta Colombia, Venezuela, A. Central y México… En Brasil, el café avanza constantemente sobre tierras nuevas, cuya fertilidad agota… es ese el precio de una economía agrícola que dispone de tierras más abundantes que los hombres y los capitales.
En la expansión cafetera hispanoamericana no faltarán diferenciaciones vinculadas sobre todo con el régimen de la tierra: explotaciones medias a cargo de propietarios… grandes haciendas… utilizando trabajadores no propietarios… otro rasgo común: la debilidad de los productores frente a los sectores que intervienen en la comercialización, y realizan lucrativas especulaciones utilizando las oscilaciones del precio. Los comercializadores realizan avances decisivos durante las crisis de superproducción: los precios en los centros productores caen vertiginosamente; en los de consumo son mejor defendidos gracias a una contención en las ventas que sólo la disponibilidad de vastos recursos financieros por los comercializadores hace posible.
Las crisis se suceden: la de 1896, la de 1906, la de 1913… sólo en Brasil los terratenientes locales logran, gracias a su dominio del aparato político, crear un sistema de defensa contra las amenazas de sobreproducción (también, sin embargo, los comercializadores y bancas se beneficiarán). El sistema, adoptado en 1906,  consiste en financiar compras destinadas a constituir stocks, que sólo gradualmente serán lanzados al mercado… si la operación salva a los productores de un derrumbe vertical de precios, logra la estabilización de esos precios sólo a nivel bajo; los stocks acumulados se venderán, por tanto, con altas ganancias, que irán a los banqueros que han dado apoyo financiero al sistema. Mucho más riesgosa es la ambiciosa estabilización comenzada en 1924… intenta eliminar las consecuencias de una sobreproducción permanente y que se hace cada vez más grave. El Instituto del Café, creado en Sao Paulo, organiza la compra de la totalidad de la producción brasileña; mantiene los precios altos sólo a costa de acumular reservas crecientes, condenadas a crecer porque esos mismos precios estimulan la expansión de cultivos.
La experiencia brasileña del café es en más de un aspecto un anticipo del futuro: un sector terrateniente se dedica aquí a la organización del mercado para sus productos, dejando de lado en este punto la fe en el liberalismo económico del que por otra parte no abjura formalmente.
La expansión argentina y la uruguaya, apoyadas en la lana, la carne y el cereal, son tan rápidas como la del Brasil cafetero, en 1938 las exportaciones argentinas se sitúan al mismo nivel que las brasileñas. Este crecimiento es consecuencia de la expansión del cereal… vertiginosa luego de la crisis de 1890.
Santa Fe y el sur de Córdoba… son ahora el teatro de la expansión cerealera, hecha posible gracias al impulso inmigratorio que ha acumulado en la etapa anterior una fuerza de trabajo que ya no encuentra empleo en las ciudades… se adaptan a un régimen de la tierra en que triunfa el arrendamiento para dejar luego paso a la medianería… los viejos terratenientes comparten el predominio con nuevos propietarios, en parte de origen inmigratorio. Ya en la primera década del S. XX el comercio cerealero es dominado por un oligopolio formado por muy escasas firmas exportadoras… y son al cabo los terratenientes quienes deben sacrificar una parte de sus lucros para mantener el ritmo de producción, accediendo a las demandas de arrendatarios y medieros… porque en la Pampa del cereal, el sector terrateniente es más débil.
La Pampa ganadera (Bs. As.) está firmemente dominada por una clase terrateniente acostumbrada a mantener celosamente sus vínculos con el poder político nacional… en 1914, la gran provincia ganadera será también la primera productora de cereales en Argentina; junto con la expansión del cereal mediante la difusión del régimen de arrendamiento que no afecta el monopolio de la tierra por los grandes propietarios… se da la transformación de la explotación del ganado, inducido por la disminución de la demanda externa de lana y la difusión del frigorífico.
Las inversiones más importantes corren a cargo del Estado y del capital extranjero: la red de ferrocarriles… el puerto artificial de Bs. As. Y el de La Plata- Ensenada, un sistema de canales… los frigoríficos.
La consecuencia es también aquí una posición de predominio para transportistas y comercializadores, que son emisarios locales de las economías metropolitanas… hasta la 1º guerra mundial la competencia entre frigoríficos ingleses y americanos garantiza una etapa de altos precios; la guerra misma… fomenta la exportación ganadera… sólo la primera etapa de la posguerra enfrenta a amplios sectores ganaderos con las consecuencias de la entrega de la comercialización y el transporte a intereses metropolitanos: los norteamericanos victoriosos dictan su ley al mercado y los precios bajan.

Bibliografía:
HISTORIA CONTEMPORANEA DE AMERICANA AMERICA LATINA
Halperín Donghi, Tulio
Cap. 5 Madurez del orden neocolonial

PORFIRIATO (MÉXICO 1876- 1911)

Clip de video seleccionado de la obra "El Alma de México" (Vol. III), en donde se nos presenta el proceso de modernización de la economía nacional, durante la dictadura que encabezó Porfirio Díaz de 1876 a 1911. Este proceso fue el resultado del traslado de la tenencia de la tierra, en forma de latifundios que conformaron las grandes "haciendas", a un minúsculo grupo de propietarios que orientaron la economía nacional hacia los cultivos de exportación; de la apertura indiscriminada, para la inversión extranjera, que permitió el saqueo de las riquezas naturales por ingleses y norteamericanos. Para lograr lo anterior fue necesario construir una gran red de líneas telegráficas y ferroviarias para comunicar las fuentes de producción con los puertos de embarque y las fronteras, todo ello sumiendo a la mayoría de la población en la miseria extrema y limitando las garantías democráticas; situación que condujo a una guerra civil, la Revolución Mexicana.

REVOLUCIÓN MEXICANA

La Revolución Mexicana de 1910 fue el primer movimiento revolucionario de América en el siglo XX. Comenzó como un levantamiento contra la dictadura personal de Porfirio Díaz, para derrotar el Estado oligárquico y establecer reformas políticas, y se extendió hacia los cambios sociales. Su estallido sorprendió a los políticos y “científicos “del porfirismo, concentrados en la economía y en el impetuoso proceso de modernización. La insurrección armada echó por tierra y en forma inesperada la imagen optimista de “paz y progreso” que se había forjado el propio régimen.
Como todos los grandes movimientos políticos de la historia mexicana desde las luchas por la independencia, la revolución nació junto con una profunda rebelión popular. Sin duda puede situarse a la de 1910 en una larga tradición de insurrecciones campesinas. En efecto, la presencia insoslayable de las masas en la vida política mexicana y el factor indígena en las luchas sociales ha sido tan acentuado y prolongado que, antes de terminar el siglo XX, ha vuelto a manifestarse con el alzamiento zapatista de Chiapas en 1994.  

HISTORIA LATINOAMERICANA 1700-2005
Gallego, Eggers-Brass, Gil Lozano

PORTAL DE LA REVOLUCIÓN MEXICANA

http://www.agn.gob.mx/revolucion/documentos.html

LA REVOLUCIÓN DOCUMENTADA

Vídeo que narra los inicios de la Revolución y su documentación cinematográfica.

LAS MUJERES EN LA REVOLUCIÓN MEXICANA

MURALISMO MEXICANO

El Muralismo es un movimiento artístico de carácter indigenista, que surge tras la Revolución Mexicana de 1910 de acuerdo con un programa destinado a socializar el arte, y que rechaza la pintura tradicional de caballete, así como cualquier otra obra procedente de los círculos intelectuales. El muralismo mexicano fue uno de los fenómenos más decisivos de la plástica contemporánea iberoamericana y sus principales protagonistas fueron Diego Rivera, José Clemente Orozco y David Alfaro Siqueiros.

EL CORRIDO MEXICANO

LA CRISIS DEL 29 EN ESTADOS UNIDOS Y AMÉRICA LATINA

LATINOAMERICA DURANTE LA DECADA DE 1930

Clip de video editado de la obra: Mediasat (2006), "La Gran Guerra y los Años 20", en: Historia del Siglo XX; los efectos de la depresión mundial se dejaron sentir en Latinoamérica, con sus efectos en la industria y el descenso de los precios de las materias primas, lo que provocó la caída del comercio en un 60% y la implantación del proteccionismo, que afectó el librecambismo en un contexto de descenso de producción y precios por toda la década de los años de 1930, que evidenciaron el descontento social ante un panorama de corrupción política, en donde México se diferenciaba por mantener un gobierno popular e izquierdista, con Lázaro Cárdenas, que aceleró la reforma agraria, con el reparto de tierras, fomentó el cooperativismo y nacionalizó los ferrocarriles y la industria petrolera con gran apoyo popular, sin que sucediera una intervención norteamericana; para 1938 se realizaría una Conferencia Panamericana en Lima, en donde los Estados Unidos mostrarían su preocupación por la región, en una época en que su intervencionismo en Nicaragua se acentuaba con el asesinato de Sandino, lo que iniciaría una larga época de implantación de gobiernos títeres y dictatoriales en las repúblicas centroamericanas

POPULISMO MEXICANO

Lázaro Cárdenas
El presidente Lázaro Cárdenas hizo cambios determinantes. Repartió millones de hectáreas a los campesinos y apoyó las demandas de los obreros. Ello le dio una gran base social al nuevo régimen. Los abusos y la soberbia de las compañías petroleras llevaron a Cárdenas a enfrentar el temor a la invasión y a nacionalizar el petróleo. Con ello dio a los sentimientos nacionalistas una satisfacción largamente ansiada. Estas rupturas provocaron una reacción tanto política como militar, abriendo la posibilidad de que reapareciera la violencia. Cárdenas estimó que los mexicanos ya habían pagado su cuota de sangre y escogió un sucesor capaz de buscar la reconciliación nacional.

MOVIMIENTOS POPULARES EN LATINOAMERICA: VARGUISMO Y PERONISMO

En 1930 dos hechos políticos marcaron un antes y un después en la historia de Brasil y Argentina, ambos evidencian un mismo síntoma, la crisis del modelo económico oligárquico (agroexportador en el caso argentino y el modelo cafetalero-exportador en Brasil). La crisis del ’29 repercute con crudeza en las economías brasileña y argentina, totalmente dependiente de los mercados externos para sobrevivir, es sin duda más terrible su consecuencia en Brasil, donde el producto que ocupa la mayor parte de las exportaciones es el café, artículo de consumo más bien suntuario, que es de más fácil prescindencia que los alimentos básicos que exporta la Argentina, esta crisis tiene sus consecuencia política inmediata, que son, el golpe de 1930 en Argentina, por un lado y la Revolución Varguista de 1930, ambos suponen un quiebre institucional importante, que vienen a señalar la incapacidad de las elites oligárquicas de encontrar una salida institucional dentro de su propio discurso, es el comienzo de una serie de experimentos institucionales, que darán paso a la aparición del populismo.
Por otro lado comienzan a esbozarse una serie de medidas que en ninguno de los dos países forman aún una política coherente, que significa, por un lado una mayor participación del Estado en el manejo de la economía, un mayor peso del mercado interno y un nacionalismo económico que aún no deja de ser un recurso retórico más. Da comienzo así un proceso de industrialización substitutiva de importaciones que aún no va más allá de la complementación con la economía agroexportadora, pero que va sentando las bases de un proceso de industrialización duradero, que tomara diferentes caminos en Brasil y Argentina.
Este dirigismo estatal favoreció la consolidación de una sector económico urbano – industrial formado por grupos no directamente vinculados al sistema exportador – importador (dirigidos principalmente al consumo interno) que  fue un valioso aliciente para la formación de una clase industrial.
La etapa del ISI se caracterizó por un doble movimiento convergente: la expansión de la participación estatal en la economía y el robustecimiento de una burguesía industrial, participantes ambas en la creación de áreas nuevas de inversión, concentradas alrededor de la industria básica y de las obras de infraestructura en donde fue acentuada la participación estatal. Este desarrollo industrial acrecentó la formación de una clase obrera industrial, y fomento la inmigración campo-ciudad, conformando sociedades urbanas de masas, basadas en economías insuficientemente industrializadas.
El rápido crecimiento de la urbanización y de la industrialización cambió la distribución  existente de poder político y sentó las bases para la aparición de las grandes coaliciones populistas de estos dos países.
Ambos movimientos parten de un planteo inicial bastante similar, articulado a través de una activa política industrialista, una mayor participación de los sectores trabajadores, la implementación de políticas de bienestar social generalizadas y una retórica nacionalista en la economía.
Si por un lado la crisis económica del modelo agroexportador y cafetalero-exportador impulsa políticas más industrialistas, esta crisis va acompañada de la crisis del modelo de democracia adulterada oligárquico, que en 1930 es evidente en ambos países. La aparición del populismo simboliza esta imposibilidad, es el mediador que opera la incorporación popular, evitando la revolución social, en el caso de Brasil esta incorporación queda reducida a las clases medias, y a un pequeño sector obrero industrial incipiente, en la Argentina a partir de la experiencia peronista se extiende a sectores populares urbanos más amplios.

ENSAYO SOBRE SINDICALISMO

INTRODUCCIÓN
Las dificultades que plantea el uso de las palabras "clase trabajadora" o "movimiento obrero" al hablar, o mejor escribir, de la historia de América Latina a partir del año 1930 resulta una tarea  compleja.
En primer lugar porque la utilización del término clase trabajadora, supone una homogeneidad de origen social, actitud, organización, imposible de justificar en muchos casos. En otros, como en el caso de Argentina o Chile, un fuerte sentimiento de identidad de clase estuvo vinculado a claras orientaciones políticas.
Lo cierto es que ciertas categorías o grupos de trabajadores terminaron definiéndose, o siendo definidos por otros, como una clase trabajadora y las consecuencias de esa definición cultural afectaron y modificaron su forma de pensar el mundo y actuar en él. 
Sin embargo muchos trabajadores latinoamericanos se veían a sí mismos en términos más difusos, dentro de una categoría social mayor: "los pobres", "el pueblo".
Estas formas diversas de identidad social y sus luchas políticas, han sido un elemento fundamental en la organización del movimiento obrero en América Latina, más precisamente los sindicatos.
Para empezar ¿Que es un sindicato? Veamos su significado etimológico: la palabra sindicato tiene sus orígenes en la antigua Grecia. Síndico es un término que empleaban los griegos para denominar al que defiende a alguien en un juicio. Más adelante se utilizó la palabra síndico para denominar aquello que afectaba a la comunidad o que era comunitario. La palabra está formada por el prefijo syn, que significa "con", más dike que quiere decir "justicia".
Es así como la palabra sindicato deriva de síndico y de su equivalente latino syndicus que significa "con justicia"; así se le designaba a la persona encargada de defender los intereses de un grupo de personas, o sea el procurador dedicado a la defensa de una corporación.
Desde la definición mas estricta del Derecho Colectivo del Trabajo, el sindicato es una forma asociativa con características peculiares que nace del interés colectivo explicito de una pluralidad de personas para llevar adelante la realización de intereses considerados comunes.
Desde los comienzos de la organización, el movimiento obrero debió enfrentar las dificultades planteadas a la hora de desplegar sus estrategias para la consecución del interés común, que se manifestó en tensiones y divisiones organizativas, ideológicas y políticas, además de la persecución y represión por parte de los estados en los primeros tiempos, por ejemplo la llamada “Ley de Residencia” de 1902 que fue utilizada por sucesivos gobiernos argentinos para reprimir la organización sindical de los trabajadores, expulsando principalmente a anarquistas.
La importancia de la política gubernamental siempre ha sido alta para los trabajadores organizados en América Latina y ha hecho que el interlocutor directo fuese el estado más que la patronal. Los actos de los sindicatos han ido dirigidos mayormente al estado, y las estrategias básicamente han sido de enfrentamiento o cooperación.
En los años treinta y cuarenta las exigencias de ampliación de la ciudadanía estuvieron estrechamente vinculadas a las luchas a favor de la institucionalización de los sindicatos obreros, que se consideraron a sí mismos como los representantes de las aspiraciones de una entidad mayor: “el pueblo”. La ciudadanía significaba, además del derecho al voto (masculino), el derecho a la dignidad personal y a un nivel de vida apropiado.
¿Es posible comprender en la actualidad el presente del sindicalismo Latinoamericano, de cara a una integración regional tanto tiempo negada como impedida? ¿Cuál ha sido el devenir histórico de un movimiento que ha debido enfrentar desde la prohibición hasta la sumisión por parte de los estados? ¿Cómo han podido “sobrevivir” a la sangrienta represión desplegada por las ultimas dictaduras militares desaparecedoras?  ¿Fueron capaces de detener o atenuar el arrollador embate del neoliberalismo privatizador de empresas y precarizador del trabajo?
En este sentido los sindicatos en Latinoamérica han tenido en las últimas décadas desafíos, sino comunes, al menos similares. Sin embargo las respuestas a estos desafíos han sido diferentes. ¿Por qué? Más allá de los resultados concretos de estas respuestas, ¿qué es lo que nos puede dar una pista para intentar explicarlas? El modelo sindical construido históricamente en cada caso, puede ser una respuesta a estas preguntas y comenzar a darnos pistas para explicar el porqué de respuestas diferentes ante un mismo desafío.


DESARROLLO

Las repercusiones políticas de la crisis económica de 1929 afectaron profundamente a la población trabajadora de América Latina al surgir la industrialización por sustitución de importaciones, cambiando la manera de centrar la atención en los conflictos políticos y económicos.
En el terreno político se lanzó una ofensiva general contra la dominación oligárquica y los sindicatos debieron reorientarse de acuerdo con estos nuevos movimientos políticos.
En Argentina los gobiernos conservadores dominaron la escena política durante la “década infame” que se extendió desde 1930 hasta 1943, y se opusieron a la idea de que los trabajadores participaran en la vida política. Sin embargo en el año 1930 es fundada la Confederación General del Trabajo (CGT) al fusionarse las centrales preexistentes. Durante esta época los sindicatos se mantuvieron a la defensiva y el número de sus afiliados era relativamente escaso. A partir de 1943 se iniciara un crecimiento ininterrumpido debido en parte al crecimiento de la industria y a la institucionalización de las relaciones laborales por medio del Departamento de Trabajo.
Durante ese periodo los líderes socialistas ocuparon la posición dominante dentro del sindicalismo argentino, sobre todo en los sindicatos ferroviarios. Pero también los comunistas lograron un avance importante en los sindicatos de la industria cárnica, la construcción, textiles y metalúrgicos.
Fueron épocas de transformación social y cultural de la clase trabajadora argentina. Al cesar la inmigración masiva de europeos y el aumento de la migración a Buenos Aires desde el interior del país; lo que el historiador Romero ha llamado la sociedad de masas.
Atrás quedaba la fase de un “sindicalismo heroico”, combativo y contestatario formado por inmigrantes de la Europa pobre, que venían huyendo del hambre pero también de las experiencias autoritarias en sus países de origen, y que trajeron consigo un rechazo casi genético a la autoridad y que protagonizaron reclamos organizados inéditos en el contexto latinoamericano como las huelgas de la Patagonia liderada por los anarquistas.
Cuando Perón asumió la Secretaria de Trabajo y Previsión en 1943, estableció una serie de derechos laborales y logro encolumnar a casi todos los sindicatos bajo el paraguas del estado.
Sin llegar al extremo de Vargas en Brasil, que se aseguró el control absoluto de los gremios, el primer peronismo logro crear un potente conglomerado de sindicatos adictos que con el tiempo se convirtieron en su principal eje político y organizativo.
La estrategia peronista consistió en hostigar a los sindicatos independientes (léase no peronistas), fundar sindicatos paralelos y utilizar la influencia del Ministerio de Trabajo para recompensar con aumentos salariales a los sindicatos peronistas. El precio pagado por los sindicatos fue la paulatina sumisión al estado y la señal más clara de esto fue la promulgación de los “derechos del trabajador” que no contemplaba el derecho a huelga.
Peronismo y sindicalismo fueron sinónimo durante los 50, por eso fueron el blanco principal de todos los gobiernos autoritarios posteriores a 1955. Sin embargo a diferencia de Brasil, donde el régimen militar quebró de un día para el otro la espina dorsal del sindicalismo varguista, en Argentina logro resistir (véase Resistencia e Integración de Daniel James) y presentar batalla en el heroico “Cordobazo” del 69 con Agustín Tosco a la cabeza. Ni siquiera la última dictadura genocida en los 70 pudo acabar con los gremios peronistas; que resurgieron en la democracia del 83 escasamente renovados.
Revivía así un sindicalismo potente, que puso límites y jaqueó permanentemente al gobierno de Alfonsín.
Mientras que en Brasil el “novo sindicalismo” liderado por la Central Única dos Trabalhadores (CUT) de Lula surgió de la lucha contra la dictadura, en Argentina hubo que esperar hasta la reforma de los 90, para ver un impulso de renovación sindical protagonizado por la Central de Trabajadores de la Argentina (CTA) creada en 1991 por un grupo de sindicatos que pertenecían a la CGT, disconformes con las políticas neoliberales del gobierno de Menem. También en esta sintonía estuvo el Movimiento de Trabajadores Argentinos de Hugo Moyano, una línea interna que sin romper definitivamente con la CGT se opuso a muchas de las políticas de aquellos años. Pero la realidad fue que mayoritariamente acompañaron las reformas del salvaje estilo que caracterizó al neoliberalismo argentino.
¿Representó el sindicalismo argentino los intereses comunes de los trabajadores? Seguramente una respuesta negativa sería un tanto apresurada.
Paradójicamente mientras se registraban cifras que llegaban al 20% de desocupación, también disminuía la conflictividad laboral.
¿Alguien puede negar que los perdedores del nuevo modelo fueron los trabajadores en su conjunto? Seguro que no, pero para no pecar de ingenuos, debemos radicalizar aún más el planteamiento. Intentemos el siguiente: ¿Quiénes fueron los ganadores y los perdedores del nuevo modelo? O para expresarlo en otros términos los beneficiados y los perjudicados.
Basta recordar el desmantelamiento de la red ferroviaria y el aumento del comercio regional en el Mercosur para encontrar a los primeros en el crecimiento del gremio de los camioneros; y el achicamiento del rol del estado para encontrar a los segundos, docentes y estatales. No es casual que la CTA haya surgido de allí.
A esta altura queda claro que el sindicalismo argentino no da puntadas sin hilo. A las clásicas concesiones, por cierto bien peronistas, como el monopolio de la conducción, el control de las obras sociales y el manejo de enormes recursos, surgieron otras nuevas de inspiración menemistas como la participación de los sindicatos en nuevos negocios: trenes, salud, aseguradoras de riesgo de trabajo, etc. Nacía el sindicalista-empresario negociador del sudor de sus representados.
Tras la crisis de los años 2001 y 2002 el país se puso en pie de movilización, se levantaron sus sectores más vulnerados, los pobres más pobres, los in-visibles. Por la misma época en el resto de Latinoamérica y antes también, surgieron los llamados movimientos sociales, que no son representados por ningún sindicato por la sencilla razón de no tener trabajo.
Fueron los protagonistas de las protestas en Cochabamba y el altiplano boliviano en el año 2000 en la llamada “Guerra del Agua” donde organizaciones barriales, campesinas e indígenas  lograron frenar el proyecto privatizador del agua, hasta la que caía del cielo, desplazando a un segundo plano la actuación de la otrora combativa Central de Obreros de Bolivia(COB).
En Argentina “los piqueteros” surgieron en la provincia de Neuquén cuando la estatal YPF paso a manos de la internacional Repsol con la pérdida de miles de puestos de trabajo. El corte de rutas y la quema de neumáticos los colocaron en las primeras planas de diarios y televisión.
El de mayor trascendencia por su número y repercusión internacional ha sido el surgimiento del EZLN en México en 1994, fecha en que entró en vigencia el Tratado de Libre Comercio con sus vecinos del norte. Proponían el cambio social sin la toma del poder. Primer movimiento anti globalización.
Entrado el siglo XXI parece vislumbrar un cambio de época, con gobiernos que pusieron la visión en la necesaria creación de aquella “Patria Grande” de Bolívar y San Martin. Dejaron de mirarse “en el espejo del amo” como supo decir Eduardo Galeano. Y entonces Lula, Kirchner, Evo, Chávez y “el ALCA al carajo!!”
El panorama actual del sindicalismo argentino es más impredecible de lo que parece, por lo menos en su relación con “los peronismos”. kirchnerismo, hoy Cristinismo, es un fenómeno que según los analistas, no encaja en ningún parámetro de la ortodoxia sociológica y politológica y que no tiene parangón en ninguna parte del mundo.
¿Qué rumbo tomará el sindicalismo argentino conducido por los Moyano, Pedraza, Barrionuevo, Benegas?
Además de la escasa renovación en la dirigencia poco han implementado en sus estrategias que siguen siendo las viejas de colaboración o enfrentamiento. También mantienen sus viejas estructuras. En primer lugar un sindicalismo que, salvo excepciones, es verticalista, acumulador de poder, escasamente democrático, negador del rol de las minorías (esto incluye a las mujeres), oscuro en el manejo de las obras sociales que en el peor de los casos derivó en el negocio criminal de los “medicamentos truchos”. La violencia sindical implementada por la utilización de patotas que responden al líder, de la cual el asesinato de Mariano Ferreira es solo el último. 
Pero entre las excepciones, la CTA viene desarrollando un intenso trabajo para unificar las demandas de los sectores populares con la de los excluidos del sector formal de trabajo.
¿No será la hora para que las excepciones del sindicalismo argentino se conviertan en la regla?
La ofensiva contra el “cristinismo” es una mezcla de economicismo muy débil y un fuerte sacudón político. ¿Seremos testigos de la ruptura de una alianza histórica entre sindicalismo-peronismo? O por el contrario, ¿surgirá una CGT paralela capaz de equilibrar la balanza a favor del gobierno? La democratización de los sindicatos además de necesaria, puede ser un arma de doble filo, más aun si no se trabaja conjuntamente entre las bases, la dirigencia y el poder político. ¿Será un potente discurso que lo único que busca es la trasferencia de poder entre los sindicatos? Desde el gobierno se los acusa de desestabilizar ¿Acaso sería la primera vez que lo hacen? La discusión está planteada, el intercambio de palabras se parece más a un monologo que a un dialogo. Resurgen expresiones como “gobernabilidad” (acuñada en tiempos de Menem para justificar los ajustes y las privatizaciones) que al parecer ha dejado de ser patrimonio exclusivo de la derecha.
Desde los comienzos de la organización del movimiento obrero, el camino recorrido por los sindicatos ha sido sinuoso y no exento de escollos. Las conquistas obtenidas por los trabajadores inmensas. Mucho se ha conseguido, es verdad y también queda mucho por hacer; empezando por legitimar la ostentación del título de representantes de los intereses comunes de los trabajadores.
  
Nadie pone en duda que el sindicato es una categoría socio- histórica y que, como tal, sufre ambiguos procesos de formación y transformación a medida que hace su historia y se transforma la sociedad de la que es expresión parcial.
Forman parte de la historia de una sociedad concreta, que se encuentra a su vez en continuo proceso de cambio, y el contexto en que se desarrollan impone límites y restricciones a sus estrategias.
No se intentó en estas páginas poner en categorías de "bueno" y "malo" a los sindicatos ni a sus estrategias y formas de actuación. Sí poner en relieve, por un lado, la posibilidad de ver que en nuestro país han existido cambios sustantivos que fueron acompañados por actores sociales que, al mismo tiempo, y como si se tratara de una burla del destino, se han visto claramente perjudicados. Nos referimos al conjunto de los trabajadores y sus organizaciones.
Los costos políticos internos pagados por el sindicalismo argentino ha sido, creemos, demasiado alto: desafección de las bases, caída de la participación, desaparición de listas alternativas, baja participación en las elecciones. Costos que, por otro lado, presumimos, no se compensan con los beneficios que pudo haber obtenido.
Por otro lado creemos que sí hubieron dirigentes gremiales dispuestos defender el interés de sus representados, no por su “bondad”, sino por contar con canales abiertos de participación y discusión que hacen imposible la imposición unilateral de decisiones y estrategias.
No ha sido con palabras, sino con su acción que han puesto en relieve un legado político que los explica en tanto imagen de una historia vivida. 

Autor: García Adrián.


BIBLIOGRAFÍA  ·      
·         “Historia Latinoamericana 1700-2005”.
Gallego, Eggers-Brass, Gil Lozano.
Editorial Maipue.
·         “Estudios sobre los orígenes del peronismo”
Miguel Murmis y Juan Carlos Portantiero.
Editorial siglo veintiuno editores Argentina.
·         “Historia de América Latina” “Política y sociedad desde 1930”
Leslie Bethell. Tomo 12.
 Editorial Cambridge University Press. Crítica.

ENSAYO SOBRE POPULISMO

La palabra populismo deriva de la palabra pueblo que a su vez deriva del etrusco PUPLE que significa apto para las armas. Es una palabra muy controversial, ya que en algunas ocasiones se relaciona a la misma con las clases populares, subalternas, subordinadas, olvidadas, con menos privilegios, contrapuesta o antagónica a la oligarquía, relacionado con un pequeño sector privilegiado vinculado a sectores extranjeros.
Otras veces la palabra populismo se utiliza como sinónimo de estado interventor y asistencialista, en otras aparece como la negación de los valores elementales de la democracia representativa, al poner énfasis en la cuestión de liderazgo demagógico, las relaciones clientelistas y la manipulación de las masas.
Estos gobiernos “populistas” buscan ganar la simpatía la de la población, sobre todo si esta posee derecho a voto, algo similar a lo que ocurría en la antigua Roma, donde la palabra PUPLE, como ya mencione al comienzo deriva de la palabra pueblo, era utilizado para nombrar a todos los hombres aptos para portar armas, así como también la capacidad económica para costear su propio equipo militar, estos ciudadanos eran quienes contribuían a la defensa del estado, los mismos tenían derecho a votar y elegir altos cargos como el de pretor o el de dictador, este último cargo, también es muchas veces utilizado para nombrar al líder popular. En América Latina, por ejemplo, los líderes populares han estado vinculados a las fuerzas armadas y a procesos políticos iniciados por grupos militares, donde su objetivo primordial no fue transformar las estructuras políticas, sociales y económicas, sino el de preservar su poder hegemónico a través de la popularidad entre las masas, por lo tanto estos líderes carismáticos, responden  a las necesidades sociales del pueblo, de “los no incluidos” proporcionándoles trabajo, para atraer a un “pueblo homogéneo”, ahora mi pregunta es ¿Qué sean sectores excluidos de la sociedad, hace que podamos encasillarlos a todos como “homogéneos”? ¿Si un pueblo es homogéneo, significa que todos piensan de la misma manera, solo porque no se los integra a ámbitos de decisión política?
Quizás homogeneizarlos es otra de sus tácticas para hacer política y permanecer en el poder.
No olvidemos que el populismo tiende como ya he mencionado a tener connotaciones peyorativas aunque ha habido esfuerzos como el de Ernesto Laclau de reivindicarlo por sus condiciones sociales incluyentes, pero entonces ¿Por qué son acusados de autoritarios? ¿Por qué se le atribuye esa característica o rótulo? ¿Se intenta etiquetarlos así cuando no responden a los intereses extranjeros? ¿Por qué el gobierno de Getulio Vargas se lo etiqueta en algunas ocasiones como un “gobierno popular” y en otros casos como “la dictadura de Vargas”? ¿Qué parámetros se utilizan para determinarlo?
En cuanto a los gobiernos de Vargas, Cárdenas y Perón, nadie pondría en duda que implementaron políticas sociales e incluyeron en el padrón electoral a la mujer y al obrero ¿Por qué son rotulados como “Antiliberales”?
¿Bajo qué circunstancias surgen los regímenes populistas? ¿Qué padrones representa el líder?
En muchos casos advertimos que surgen luego de una desilusión política, donde el líder, probablemente de condición humilde, “representa” al grupo marginado de la sociedad que se siente identificado con él, quien va a ser el encargado de luchar contra las injusticias, acusando a la oligarquía poderosa de vivir a costa del trabajo y el esfuerzo de los pobres, representando una figura protectora y hasta paternalista.
Pero ¿modifican las estructuras políticas y económicas? O ¿Solo se utiliza a los “no incluidos” para preservar el poder hegemónico?
Para comenzar a dar respuesta, quisiera continuar tomando como ejemplo y analizando los gobiernos de Lázaro Cárdenas, Juan Domingo Perón y Getulio Vargas ¿Fue su verdadera intención erradicar la pobreza?
En principio estos tres gobiernos surgieron en la coyuntura de la crisis del 29, lo que altero la relación de dichos países con el comercio exterior, alterando la estructura del modelo agroexportador de estos países decayendo de manera abrupta los precios de las materias primas y los volúmenes de exportaciones, haciendo eco en la política de los países latinoamericanos, donde se produjeron en algunos casos, como tratare más adelante, intentos de militarización y golpes de estado.
En el plano económico, se buscaba poder reemplazar aquellos bienes escasos, es decir la denominada industrialización por sustitución de importaciones, donde los sectores militares brindaban apoyo a la industrialización ¿Sera porque considerarían que eso los volvería autosuficientes?
Tomando como ejemplo el caso de Lázaro Cárdenas en México (1934-1940) quien conocía muy bien las estructuras del ejército, ya que con anterioridad había sido comandante de jefatura de operaciones, aunque, muchas veces, se ponía en duda su capacidad intelectual, si bien en un principio, era apoyado por una minoría identificada con “la izquierda”, mientras que Calles era apoyado por la mayoría, pudo quizás, ayudado por parte del ejército, deshacerse del Callismo, enviando a Calles al exilio, culminando, para muchos, las reivindicaciones campesinas ¿Buscaba con esto una alianza social con los sectores populares? Debido a que dividió propiedades latifundistas proporcionalmente y construyo escuelas y hospitales en tierras comunales. ¿Cómo tomaría estas medidas la oligarquía mexicana? ¿Les convenía que Cárdenas tomara estas medidas? ¿Por qué el gobierno de Cárdenas beneficio tanto al campesinado?
En cuanto a su proyecto de “industrialización inducida con fuerte grado de conciencia social” donde los “ejidos” (nombre que se le dio a la división de la tierra) serían para él, la base del programa político. ¿Pero quienes fueron los más beneficiados? Si fue la burguesía con el apoyo del estado quien termino dominando el proceso económico.
Consideremos ahora el tema del petróleo, ya que durante su gobierno, Cárdenas decidió expropiar 16 compañías extranjeras, de este modo, el gobierno británico rompió relaciones con México, realizado un boicot contra México, mientras que Estados Unidos decidió mantener una relación de “Buena Vecindad” ¿No les parece sospechosa esta actitud?
En definitiva, el Cardenismo logro incorporar a los sectores subalternos, pero no logro modificar las estructuras de manera directa o indirecta, siguió siendo dominado por la burguesía mexicana.
Veamos el caso de Getulio Vargas en Brasil, donde la crisis del 30 también influyo política y económicamente, donde es Estado Novo disolvió el congreso y los soldados ocuparon sus edificios, las promesas de respetar la constitución no fueron cumplidas y el autoritarismo político paso a formar parte del nuevo escenario brasileño. No olvidemos que si bien el Estado Novo favoreció a los trabajadores, creo un código laboral, permitió la creación de sindicatos y el desarrollo industrial, también la tortura y la persecución eran moneda corriente.
La creación del Estado Novo ¿Puede ser considerado como un segundo golpe de estado?
Cuando en 1945 el ejército dio a Vargas el ultimátum, este decidió exiliarse y optar por una política más democrática ¿A qué se debió dicho cambio? ¿Fue para obtener apoyo popular con el que volvería a ser reelecto años después? ¿Por qué años más adelante abandonado por todos, decide suicidarse?
Si bien Vargas, contaba ahora con el apoyo del pueblo, contaba también con la oposición de la oligarquía y las potencias extranjeras, aunque permitió que estos últimos realizaran inversiones y controlen el flujo de ganancias de estas a sus países de origen.
El Estado Novo, se transformó en el principal instrumento de acumulación capitalista al servicio de la oligarquía brasileña.
Veamos el último caso el de Juan Domingo Perón en argentina (1946-1955), el mismo estuvo fuertemente vinculado con el ejército, había sido secretario de trabajo y previsión, ministro de guerra y vicepresidente.
Su gobierno estuvo apoyado por el ejército y los sindicatos, por ende el “pueblo” no quedo excluido de dicho gobierno, impulsando la igualdad entre el hombre y la mujer, prometía medidas de bienestar y crecimiento industrial, por este motivo la clase denominada popular se identificó con él.
Ahora bien la clase popular, la trabajadora ¿fue una “masa” pasiva? ¿Qué sucedía con los trabajadores que se resistieron a las políticas adoptadas por Perón? ¿Por qué Perón planteaba la idea de integrar al obrero al sistema como consumidor? Quizás fue para alejarlo de la influencia revolucionaria europea, durante su gobierno fue muy difícil poder expresar la opinión de la oposición, ya que la mayoría de los medios de comunicación pertenecían al estado, así como también fueron muy comunes, como se sabe la censura y la represión.
Si bien sostuvo una política de “justicia social” y defendió los derechos de los trabajadores ¿Por qué no estipulaba el derecho a huelga?
A diferencia del Cardinismo, el peronismo no modifico la estructura agraria tradicional de la Argentina, ya que no existió una reforma que atentara contra la propiedad latifundista ¿Por qué se produce esta diferencia? ¿Se buscaba beneficiar a los sectores más pobres de la sociedad o se los utilizaba para enfrentar a los sectores oligárquicos y llevar a cabo los planes quinquenales?
Para finalizar quisiera agregar que el populismo en Latinoamérica, se dio en un momento histórico determinado, debido a las consecuencias de la crisis del 29 y la segunda guerra mundial, aunque no podemos generalizar, hubo tantas formas de populismos como situaciones particulares, comprendido en un contexto de crisis política.
Ya que si bien no son regímenes oligárquicos, las oligarquías no se encuentran ausentes durante los periodos de los denominados gobiernos populistas, pero ¿Surgen nuevos procesos políticos o se reforman los antiguas?
No podemos reducir el termino populismo como la simple aparición de un líder popular que lleva a las masas hacia la dirección que a dicho líder le conviene, sino que a mi modo de ver, manipula a los mismos, para que se inserten dentro de las satisfacciones de viejas aspiraciones reafirmando el modelo de dominación capitalista.
AUTOR: Alasio Ivana.

BIBLIOGRAFÍA
·         http://depalabra.wordpress.com
·         www.infogap.blogspot.com.ar
·         “Historia  de América Latina”.
·          Colegio nacional de Buenos Aires.
Editorial: Pagina 12. Tomo 34.
·         Documentos. “Nacionalismo y Populismo”.
 Colegio Nacional de Buenos Aires. Tomo 34.
·         “Historia Latinoamericana 1700-2005”. Sociedades, culturas, procesos políticos y económicos.
Gallego, Eggers-Brass, Gil Lozano.
Editorial Maipue.
·         “Estudios sobre los orígenes del peronismo”
Miguel Murmis y Juan Carlos Portantiero.
Editorial siglo veintiuno editores Argentina.
·         “Historia de América Latina” “Política y sociedad desde 1930”
Leslie Bethell. Tomo 12.
 Editorial Cambridge University Press. Crítica.


LA REVOLUCIÓN CUBANA

Las medidas sociales y económicas
 En 1959 el gobierno cubano dispuso una ley de reforma agraria para erradicar el latifundio que afectó tanto a las propiedades cubanas como a las extranjeras. Con la entrega gratuita de tierras y sus títulos de propiedad, desaparecieron la aparcería y el arrendamiento, responsable de la miseria campesina. Además se crearon numerosas cooperativas cañeras. Estos cambios afectaron a las empresas norteamericanas radicadas en la isla, fundamentalmente a la United Fruit y a la Cuba Sugar Mills Co. Las transformaciones productivas fueron dirigidas por el Instituto Nacional de la Reforma Agraria (INRA), presidido por Fidel Castro, que también comenzó la construcción de viviendas, de escuelas y carreteras. Hasta entonces existían en América Latina dos antecedentes de reformas agrarias: el agrarismo mexicano (de Zapata y Lázaro Cárdenas) y la reforma de 1953 en Bolivia. En ambos casos se establecieron límites a la extensión de la propiedad (los latifundios), se distribuyeron tierras a pequeños productores y se restituyeron tierras despojadas a las comunidades. Tanto en México como en Bolivia predominaba el campesinado, en su mayoría indígena, y existían distintas formas de trabajo servil a los que estaban sometidos estos pueblos. Allí las reformas no resolvieron el problema agrario ni liberaron al campesinado de la pobreza secular; por el contrario, en el caso concreto de Bolivia la producción agrícola cayó bruscamente y se volvió a la agricultura de subsistencia. El caso cubano de distinguió por la existencia de un verdadero proletariado rural debido al temprano desarrollo del capitalismo agrario ligado al funcionamiento de los centrales azucareros. Estas condiciones permitieron a Cuba avanzar más lejos que los modelos mencionados. Mediante la primera ley de reforma agraria sólo se limitaron las grandes propiedades. A partir de 1963, durante la segunda fase de la reforma, se estableció la hegemonía del sector estatal. Con la nacionalización del sector azucarero, las granjas agrícolas (granjas del pueblo) y la colectivización, el gobierno revolucionario elegía una alternativa socialista. El desarrollo agrario quedó supeditado a la planificación del estado; el área agrícola se duplicó, y se crearon planes regionales que contemplaban las condiciones específicas de cada zona para promover las plantaciones de cafetos, cítricos y arrozales. De este modo, el INRA impulsó la diversificación de los cultivos, aunque el azúcar siguió siendo el eje de la economía exportadora y la principal fuente de divisas para el estado cubano. Otras medidas del gobierno revolucionario fueron la reducción de los alquileres, la suspensión de los desalojos y la ley de reforma urbana. Se establecieron rebajas telefónicas y eléctricas (servicios que eran brindados por compañías extranjeras que aún no habían sido nacionalizadas) y comenzó una campaña nacional de alfabetización dirigida hacia el millón de cubanos que aún no sabían leer ni escribir. 

BIBLIOGRAFIA
HISTORIA LATINOAMERICANA 1700-2005 Gallego, Eggers-Brass, Gil Lozano 
 REVOLUCIÓN CUBANA (CANAL ENCUENTRO)

DOCUMENTAL: LA GUERRA FRÍA EN AMÉRICA LATINA

Parte 1 Parte 2 Parte 3 Parte 4 Parte 5

MEXICO 68

MOVIMIENTO ESTUDIANTIL MEXICANO

MOVILIZACIÓN SOCIAL EN LATINOAMÉRICA DURANTE LOS 60 Y EL INTERVENCIONISMO NORTEAMERICANO

Clip de video editado de la obra: Mediasat (2006), "La recuperación y la Guerra Fría 1945-1968", en: Historia del Siglo XX; en Latinoamérica se incrementaron las movilizaciones antiimperialistas, en las cuales resultó fundamental la figura del Che Guevara, quien realizaría un largo peregrinaje en la lucha anticapitalista guerrillera, primero en el Congo y luego, en 1966 en Bolivia, donde sería asesinado por fuerzas paramilitares de la CIA, convirtiéndolo en una leyenda; en esos años el militarismo norteamericano condujo una invasión en República Dominicana, en 1965, ante las luchas desatadas tras el asesinato en 1961 del dictador pronorteamericano Rafael Leónidas Trujillo; en 1960 se suceden levantamientos estudiantiles en Caracas, lo que llevó a Rómulo Betancourt a suspender las garantías constitucionales en Venezuela, con lo que la guerrilla incrementó sus actividades, mientras en México el ascenso a la presidencia de Gustavo Díaz Ordaz motivó agitaciones populares y estudiantiles que fueron reprimidas con dureza por el ejército, lo que generó una matanza que conmocionó al mundo, en vísperas de los Juegos Olímpicos